Alejandra “La Locomotora” Oliveras no fue solo una campeona mundial de boxeo: fue una mujer valiente que peleó tanto en el ring como en la vida. Llegó a lo más alto del deporte internacional, y usó esa visibilidad para ayudar a los más vulnerables, acompañar a mujeres y chicos en situaciones difíciles, y mostrar que con coraje y fe se puede salir adelante.
Por eso, dos proyectos distintos —uno en el Concejo Municipal y otro en la Cámara de Diputados de la provincia— buscan rendirle homenaje con una obra pública: un busto, estatua o mural que recuerde su historia en un lugar visible de la ciudad de Santa Fe.
La idea es que ese homenaje no sea solo decorativo, sino que sirva como inspiración. Que niñas y jóvenes santafesinas vean que una mujer que empezó desde abajo, con esfuerzo, pudo dejar una huella imborrable.
Los proyectos también incluyen una forma participativa para elegir el diseño de la obra: se convocará a artistas locales y organizaciones sociales, culturales y deportivas. Además, se prevé que tanto el gobierno municipal como el provincial aseguren los fondos necesarios para concretarlo.
Esto no es solo un homenaje. Es una forma de decirle a la comunidad que su historia vale. Que en Santa Fe también se celebra el esfuerzo, la inclusión y el compromiso social. Alejandra ya es leyenda, pero ahora puede ser también símbolo permanente en el corazón de su ciudad.